miércoles, 4 de enero de 2012

El inquietante inicio del Gobierno Rajoy

Nueve días. Ese es el tiempo que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, tardó en incumplir su mayor promesa electoral y en legislar en contra del precepto básico de la política liberal que él y su partido aseguran defender. El Ejecutivo del PP no solo llevó a cabo la segunda mayor subida de impuestos de la historia (solo Zapatero aumentando el IVA y eliminando la deducción de los 400 euros le superó en volumen de ingresos previsto), sino que emprendió una reforma fiscal progresiva, en la que las clases medias se llevan, de largo, la peor parte. Un tercer factor redondea la jugada: el anuncio de la medida se hizo mediante el populista discurso que tanto criticaban en la oposición: "que pague más el que más tiene". Como muy bien ha expresado David Gistau, Rajoy ha confundido la disposición al sacrificio de quienes le votaron con la disposición a ser engañados.

De ningún modo puede valer como excusa el haberse encontrado con un déficit dos puntos superior al previsto, puesto que ese desfase era algo que en el PP conocían. Contaban con ello desde hace meses, contaban con ello en la campaña en la que prometieron no subir impuestos y contaban con ello en el debate de investidura donde Rajoy anunció que el ajuste sería de 16.500 millones, sin matizar suficientemente que ese solo sería el principio, dado que era muy posible que el déficit público superara con creces el 6%. El hecho de que se haya ensalzado hasta la saciedad lo "modélico" del traspaso de poderes, el que Rajoy y Zapatero hagan gala ahora de una sobrevenida e infranqueable amistad, el que el presidente entrante despidiera al saliente con un generoso "acertó y se equivocó, como todos" o el que se condecore con la Cruz de Isabel la Católica al Gobierno socialista son solo algunos indicios de cuán paniaguado estaba todo y cuán grande fue el engaño pergeñado por los vencedores de las elecciones y por el Ejecutivo saliente, que hasta hace bien poco también aseguraba con inusitada firmeza que se cumpliría el objetivo de déficit, e incluso que había 4.000 millones de margen.

De Guindos, Santamaría, Montoro y Báñez anunciaron las medidas el 30 de diciembre.

La excusa del despilfarro autonómico tampoco vale. No vale para el Gobierno del PP porque su partido controla la mayoría de las comunidades y algo sabría ya de cómo estaban las cuentas hace unas semanas. Y no vale para los socialistas porque el déficit del Estado ha superado en 3 décimas lo previsto y la Seguridad Social ha acabado el año en números rojos pese a que el Gobierno del PSOE esperaba un superávit del 0,4%.

Es obvio que Rajoy y su Gobierno han optado por tomar todas las medidas que creen necesarias desde el primer momento, sin que les tiemble el pulso, con el objetivo de transmitir firmeza a los mercados y a los ciudadanos españoles. Se la juegan en la primera parte de la legislatura sabedores de que una recuperación de la economía a partir de 2013, con un importante ritmo de creación de empleo, calmará al electorado que previamente podría haberse enfurecido no solo por la dureza de esas medidas sino, insistimos en que esto es lo relevante, por el engaño manifiesto del PP. Es obvio que el Ejecutivo acaba de empezar a rodar y goza aún de todo el crédito por parte de quienes le votaron, pero haber arrancado con un gesto así puede precipitar la erosión de esos cuatro ministros que anunciaron las nuevas y del presidente del Gobierno. Este jueves vendrá el segundo capítulo del plan de ajustes, seguramente con privatizaciones y supresión de empresas públicas. Y de aquí a marzo, cuando se aprueben los Presupuestos de 2012 (puede que con una subida del IVA, dando otro revés a la coherencia del PP), será un no parar. Lo del viernes 30 fue solo "el inicio del inicio", como dijo la vicepresidenta Sáenz de Santamaría, pero de este Gobierno se esperaban profundas reformas de cuyo desarrollo aún sabemos poco. La del mercado de trabajo y la del sector financiero son las que más urgen y en ello están ya Báñez y De Guindos. Si no llegan pronto y no empiezan pronto a desarrollar el programa reformista que abanderaron, su crédito se irá diluyendo. No decimos nada si a ello suman una gestión contraria a la antes defendida, una profunda recesión en el primer semestre del año o las contradicciones, desautorizaciones y multiplicidad de voces que se están produciendo en el seno del Gobierno en este inicio de legislatura.




6 comentarios:

  1. Nos engañan como quieren los del #PPSOE, eso estaba más que asumido. Por eso, quienes se hayan creído las promesas de campaña espero que no vuelvan (iluso de mí) a votarles....

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  2. Interesante lectura pero una cosa, hablas de un tercer factor en el primer párrafo, cuáles son los otros dos, que no mencionas???

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  3. Carlos, pensé que lo había dejado suficientemente claro. Los tres factores a los que me refiero son:

    1) Subir impuestos, en contra del criterio mil veces defendido.

    2) Que esa subida sea la segunda más grande de la democracia y progresiva.

    3) Que se adorne con el discurso de "que pague más el que más tiene", algo también mil veces criticado.

    Gracias y un saludo.

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  4. Interesante en general, pero la conclusión más profunda a la que llego es la misma que con el anterior gobierno: hemos dejado de ser dueños de nuestra política doméstica. No podemos hacer política ni de izquierda ni de derecha por la sencilla razón que no nos lo permiten desde Europa.
    En mi opinión, la gran mentira no viene de Rajoy, que efectivamente, conocía los datos y sabía que su política económica no iba a ser la que había defendido en las elecciones
    (yo estoy contento con que hayan tocado el IRPF antes que el IVA, aunque vaya en contra de lo que haya dicho), sino de la base de toda esta política, que se disfraza de tecnocrática, racional, inevitable, europeista y que no es más que una opción ideológica marcada por el eje París-Berlín, sin atender a ninguna otra posibilidad. Cada vez se ve con más claridad que nos estamos suicidando económicamente y que cinco años de crisis no los aguanta ninguna sociedad... pero que arda Europa si Berlín sigue vivo.
    En fin, perdón por desviarme algo del tema...

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  5. Angelillo, creo que llevas razón en lo esencial, España y todos los países de la zona euro perdieron soberanía en el momento en que dejaron de tener en sus manos la política monetaria. Ahora se camina hacia una pérdida progresiva de control en la política fiscal también. Lo lógico sería que la homogeneidad se diera en todos los ámbitos, por ejemplo, emitiendo bonos de deuda conjunta. Esta disparidad (que no se controlen unas cosas y otras sí) provoca los desajustes que estamos viviendo, sobre todo en los países alejados del eje Berlín-París que marca las directrices en Europa mirando, obviamente, primero por sus intereses y luego por los del resto.

    Gracias y un saludo.

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  6. Yo a lo que dices no le veo muchas más vueltas. Parece claro que han mentido. Y creo que importa aprender una lección importante de eso. Yo discutí, como buenamente sé, a todo el que decía que " la culpa de la crisis es de ZP". Sin duda Zapatero haría cosas ( muchas, para el que quiera) mal.Yo no le voté. Y no creo que merezca que defiendan su gestión. Pero sí me parece importante, en esto como en todo, no hacer las cosas más simples de lo que se puede sin que dejen de ser las mismas cosas... El más que manido lema de la culpabilidad tiene el problema de que simplifica hasta un extremo que hace que sea necesariamente falso, y al mismo tiempo evita cualquier tipo de análisis o de reflexión más allá de la dicotomía PP/PSOE que evidentemente tiene un poder explicativo muy escaso para casi todos los fenómenos del mundo. Parece que la línea recta con sus dos extremos PP y PSOE se les ha quebrado incluso a los propios ministros del PP en cuanto han tenido que hacerse cargo de la realidad. Hubiera sido interesante no creerse ese mundo bipolar antes de votar. Quizá valiera más la pena reflexionar sobre la economía de mercado, sus supuestos y condiciones, su racionalidad o falta de ella, antes que sobre las aptitudes de una figura ( sólo) relativamente importante en la ( sólo) relativa gestión de una parte ( sólo) relativamente importante de los recursos de una parte relativamente pequeña de toda la afectada por la " crisis". Deberíamos saber tomar nota de que incluso al PP ha dejado de valerle el " la culpa de la crisis es de ZP", teniendo que recurrir a medidas que antes le afeaban como lo hacían ( ver el blog de Ignacio Escolar).

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