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lunes, 21 de marzo de 2011

Elecciones 2011: Sevilla, la pieza clave

Firma invitada: Mar Vázquez Lorca (periodista política; @MarVazquezLorca)


No falta mucho para las elecciones municipales de mayo y nunca antes habíamos visto desembarcar tanto lenguaje 2.0 en los puertos de Sevilla. Los cinco candidatos a la alcaldía del Ayuntamiento de la capital han entendido que es mejor subirse al barco de la proximidad e interacción que la red y las nuevas tecnologías les aportan para dar a conocer sus proyectos. Juan Ignacio Zoido (PP), Juan Espadas (PSOE), Isabel Ceballos (UPyD), Pilar González (PA) y Antonio Rodrigo Torrijos (IU) empezaron hace meses, y con considerable antelación al resto de provincias andaluzas, a preparar sus estrategias para llegar al sillón del consistorio sevillano. Sin duda, los cinco son conscientes de que las próximas elecciones locales en Andalucía tienen una importancia que va más allá del resultado concreto de éste o aquel municipio, por muy importante que sea en votos. Tanto PP como PSOE se juegan gran parte de sus posibilidades electorales futuras en estos comicios e IU aspira a crecer con el PA por detrás.

-Parece que un ciclo acaba y otro empieza: El PP-A nunca ha conseguido la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Sevilla, ni tampoco ha ganado jamás en Andalucía. Aunque ha tenido buenos resultados en las capitales de provincia, e incluso en algunas localidades grandes, se le resiste la victoria en el conjunto de la región, donde el PSOE le ha sacado siempre una amplia ventaja en este tipo de comicios, con diferencias cercanas al 8% en las tres últimas elecciones. Sólo en las de 1995, en un momento de extrema dificultad para el PSOE-A, pudo acercarse a una distancia de 2,8 puntos. Las últimas elecciones municipales, las de 2007, no le funcionaron mal a los socialistas andaluces, que se quedaron a solo un punto del PP y le empataron en número de concejales, lo que les permitió seguir gobernando la ciudad con el apoyo de IU. Sin embargo, es vox populi que los comicios de 2011 se presentan especialmente reñidos por la intención del PP de convertirlos en una especie de primarias de cara a las generales de 2012, cuando se jugará la suerte del color de la Junta y del Gobierno central.


La batalla por el Ayuntamiento de Sevilla, una de las más importantes del 22-M

-La estrategia: Las encuestas anuncian que por primera vez el PP-A podría lograr la mayoría absoluta en Sevilla, pero no porque registren un aumento sustancial de su voto tradicional, sino por la desafección  que parece extenderse entre el electorado socialista. De cumplirse éstos pronósticos se produciría un vuelco electoral, cuyas consecuencias irían más allá de las propias elecciones de mayo. Unas elecciones locales, que por definición tienen tantos objetivos parciales como ayuntamientos y diputaciones están en juego. Son éstos los objetivos que se afanan por conseguir las organizaciones locales de los cinco partidos políticos, y se entregan a ella con todas sus fuerzas.

-La clave es ganar en 2012: Pero, junto a esos objetivos locales, PP-A y PSOE-A tienen que definir un objetivo estratégico global. Ese objetivo primario va más allá del número de concejales o alcaldes elegidos con sus siglas; se trata de ganar las elecciones en el conjunto de la comunidad autónoma. El PP lo necesita como paso previo al asalto a la Junta de Andalucía y el PSOE como base firme para revalidar el gobierno andaluz. Sin olvidar que las elecciones generales serán, sin adelanto, en 2012 y un buen resultado electoral en Andalucía es imprescindible para ganar en España.

LOS PROTAGONISTAS

JUAN ESPADAS (PSOE): El exconsejero de Vivienda afronta el objetivo de mantener un número de concejales suficiente para gobernar con el apoyo de IU, como ya lo hizo su antecesor, Alfredo Sánchez Monteseirín, actualmente en la alcaldía. Toda historia tiene su anécdota, y la de Espadas no iba a ser menos. Lo cierto es que el PSOE sevillano tuvo prisas para nominarlo como candidato. Después, forzó la máquina de las instituciones para darle un escaño en el Senado. Desde el principio, se creyó que la campaña de Espadas necesitaría de un relanzamiento y lo tuvo. Blog personal y fuerte presencia en redes sociales como Facebook, YouTube o Twitter. Un dato a considerar es que su puesta de largo, la presentación oficial con Griñán a su lado, se retrasó hasta enero, algo que le restó tiempo. Políticamente, Espadas cuenta con dos frentes, además del que lidera el propio PP: su relación con Sánchez Monteseirín y su gestión, de la que tarde o temprano tendrá que desligarse públicamente, y el efecto arrastre de IU, cuyo candidato, Antonio Rodrigo Torrijos, está en el objetivo del PP y su entorno, ante la certeza de que su erosión perjudica también a los socialistas. El llamado "efecto bipartito" que Espadas tendrá que contrarrestar si quiere llegar a la alcaldía.

JUAN IGNACIO ZOIDO (PP): El candidato popular, que lleva cuatro años de campaña electoral, necesita dos ediles más de los logrados por su partido en 2007 para alcanzar esa mayoría absoluta que se antoja imprescindible para conseguir la vara de mando del Ayuntamiento de Sevilla. Zoido ha apostado por la cercanía con las asociaciones de barrio y colectivos de la ciudad. Es la baza con la que juega este letrado con experiencia en la administración pública que ha sido delegado del Gobierno en Castilla-La Mancha y Andalucía, entre otros cargos, pero que hace cinco años era un gran desconocido para la población sevillana, lo que obligó al partido a acometer una agresiva campaña de imagen con eslóganes como “Somos la Sevilla que quiere a sus barrios, que quiere empleo y que quiere Honestidad y un Alcalde”. El PP-A ha tratado de acercarlo lo máximo posible y las encuestas dicen que la estrategia ha tenido éxito.

ANTONIO RODRIGO TORRIJOS (IU): El primer teniente de alcalde y candidato de Izquierda Unida al Ayuntamiento de Sevilla, está llevando a cabo una precampaña electoral un tanto sui generis. Centrada en la política social, ha recorrido numerosas asociaciones de inmigrantes con el objetivo de dar a conocer su propuesta estrella de reformar el mercado de empleo para este colectivo. En cuanto a la ciudad de Sevilla, dice que es necesario que IU siga en el consistorio para seguir conformando un proyecto de ciudad comprometida y sana. Parece claro que a lo único que aspira es a seguir pactando con el que gane.




PILAR GONZÁLEZ (PA): La exportavoz del Partido Andalucista en el Parlamento, se presenta a la alcaldía de Sevilla como la opción nacionalista, renovada y de izquierda, solidarios con los más necesitados y sensibles con la ecología, constructivos e innovadores. La alcaldable andalucista se muestra convencida de que ha llegado el momento de desbancar al bipartidismo del sillón municipal y se ha lanzado a erigirse en alternativa, aunque haya reconocido que le costó decidirse. El empleo, el medioambiente y la transparencia de la administración pública son sus apuestas políticas de cara a las municipales en Sevilla.

ISABEL CEBALLOS (UPyD): Abogada, criminóloga y empresaria, se anuncia como una ciudadana inquieta y descontenta. Quiere probar suerte y entrar en el consistorio sevillano. Para lograrlo, Ceballos es consciente de que tendrá que dejar su negocio en un segundo plano y volcar todas sus energías en algo en lo que es una completa advenediza. No obstante, la candidata de UPyD tiene muy claro que ella tiene su porvenir ya forjado fuera de la política y que si no puede contribuir a la ciudad con esta aventura, regresará sin resentimiento al lugar en el que estaba antes de embarcarse en el proyecto. Su presencia pasa más bien inadvertida entre los ciudadanos de Sevilla.


lunes, 24 de enero de 2011

La Convención de Sevilla, el trampolín del PP

El Partido Popular ha monopolizado informativamente el fin de semana. Su Convención Nacional, celebrada en Sevilla de viernes a sábado con el objetivo de lanzar la precampaña de las elecciones autonómicas y municipales de mayo, ha sido el gran acontecimiento, seguido por todos los medios. Los populares la planteaban como el cónclave de la unidad, queriendo utilizarlo para dar una imagen de partido serio y preparado para gobernar, en medio de la ola de euforia que viven, generada por las encuestas que les pronostican una clara victoria en los próximos comicios de mayo y, sobre todo, en las próximas elecciones generales.

Bajo nuestro punto de vista, lo han conseguido. La convención creemos que ha sido un éxito de planificación y desarrollo, con muchos y variados aciertos y, sobre todo, consideramos que se ha conseguido el objetivo propuesto: el de dar la imagen de partido de estado con altura de miras. Ha sido un gran acto de márketing político.

El primer acierto ha sido la elección de la sede: Sevilla. Que haya sido en la capital andaluza donde se haya reunido el PP al completo para lanzar su programa de gobierno (porque eso es lo que hizo Rajoy ayer, en el acto de clausura) ha sido todo un aldabonazo para las aspiraciones de Javier Arenas, presidente de los populares andaluces y que, según los sondeos, está muy cerca de arrebatar al PSOE el Gobierno de la comunidad por primera vez en democracia. El PP sabe que de lograrlo sería algo histórico, que llevaría a su partido rival prácticamente a la refundación, y no quiere dejar pasar la oportunidad.

El segundo acierto, a nuestro entender, ha sido el eslogan empleado: "Puedes confiar". Una frase corta, en segunda persona del singular y con invitación al optimismo. Tres en uno: fácil de recordar y de entender, que cala; personalizada; y, lo más importante, desacreditando el sambenito que constantemente se le impone al PP: el de que es un partido tremendista, con mensajes negativos. Ése eslogan lo combate.

Mariano Rajoy saluda al auditorio tras concluir su discurso de clausura, ayer en Sevilla | AFP

Otro acierto creemos que ha sido el formato de intervención de los ponentes: sentados en sillas dispuestas circularmente, como charlando, muy a la americana. Daban imagen de cercanía, de normalidad, de seguridad en sí mismos. Solo las intervenciones principales, realizadas desde el atril, se saltaron ese mecanismo. Un buen tanto.

El cuarto acierto, menor porque ha trascendido poco, consideramos que ha sido el centrar la convención en las nuevas tecnologías (la "wikiconvención"). Es una muestra de modernidad (contra el mencionado sambenito del anacronismo) y de estar a la última, cercano a la realidad. Es la era de internet, de las redes sociales, de la revolución tecnológica, y la batalla ya se libra en gran parte ahí, en la red. El PP hace bien en darle importancia a este aspecto tan crucial.

Por último, el discurso de clausura de Mariano Rajoy fue un gran acierto en sí mismo, un broche dorado para una convención casi perfecta. El presidente del partido adoptó un tono presidencialista asombroso. Centró su speech en desgranar lo que hará cuando llegue al Gobierno: empleo, economía, educación, terrorismo, justicia... Tocó todos los palos, parecía su discurso de investidura como Jefe del Ejecutivo. Al actual presidente, ni lo nombró. Tan solo se refirió a él en una ocasión, cuando reivindicó la garantía de buen hacer que representa su partido: "todos tenemos buenas intenciones pero no todos podemos acreditar una gestión capaz de hacerlas realidad, y si no que se lo pregunten a quien ha hecho el mayor recorte social de nuestra historia", sentenció un crecidísimo Rajoy. Hasta ahí llegaron las alusiones a quien se supone que es su rival político.

Pero Mariano cree que ya no hay rival. Que ni siquiera Rubalcaba (el gallego dijo estar "convencido" de que el vicepresidente será el candidato del PSOE) tendrá nada que hacer tras la ola azul que está seguro bañará el mapa autonómico español tras el 22-M, que cree será lo que le catapulte definitivamente a La Moncloa. Y habla como si ya estuviera allí, asumiendo un discurso optimista y conciliador: "España no es un caso perdido y no se resigna. Podemos hacerlo y lo vamos a hacer con toda la nación. A nadie le preguntaremos de dónde viene".

Quizá le faltaron propuestas concretas, materializar esos grandes retos que se propone. Pero también es verdad que no le hace falta: está a más de 15 puntos del PSOE y no le conviene abrir un debate ahora sobre las medidas que tomará cuando gobierne. Lo que le viene bien es que se siga hablando de los millones de parados y de lo mal que está la economía.

El único lunar que le vemos a la convención son las salidas de tono que ha habido en algunas ocasiones. Como la de Jaime Mayor Oreja, identificando al PSOE como el partido que "abraza la cultura de la muerte". Un discurso duro ahora no le conviene al PP. Puede despertar así al dormido electorado de izquierdas, descontento con Zapatero y que tiene pensado castigarle quedándose en casa. Buena parte de la gran ventaja popular en los sondeos proviene de ahí y cuidar eso va a ser la clave de si ganan por más o ganan por menos. Porque la victoria parece cantada.

En definitiva, el PP se planteaba la convención como un trampolín hacia el poder y todo hace indicar que así será finalmente. Sin duda, esta vez a los populares les han asesorado bien. Claro, que con el viento tan a favor todo resulta siempre mucho más fácil.