jueves, 17 de marzo de 2011

Elecciones 2011: Navarra en su laberinto

Firma invitada: Javier Domínguez (periodista de Radio Euskadi, especializado en comunicación política, y redactor en el blog Navarra2011@JDominguezJD)

Las elecciones del 22 de mayo se presentan en Navarra con diversas cuestiones diferentes a anteriores citas; y en aspectos cuyo desarrollo, además, puede marcar notablemente el resultado en las urnas. Podemos enumerar, básicamente, tres: la multiplicación de opciones a la hora de votar; la preparación del terreno para posibles pactos postelectorales; y, por último pero no por ello menos importante, la duda del futuro de Sortu y del destino final del voto de la izquierda abertzale. Todo ello, enmarcado en un contexto de crisis económica y de desencanto de la clase política que, en Navarra, se complica más con la cuestión identitaria (“español-navarro-vasco” y su amplia gama de grises).

CONDICIONANTES DE LA CAMPAÑA

La crisis y el desencanto de la clase política son problemas que la Comunidad Foral comparte con el resto de autonomías que tendrán sus Parlamentos en liza el 22-M. Navarra, sin embargo, parece ubicada en una situación económica menos mala que otras regiones. Los datos, sin embargo, son también preocupantes; y a esos datos preocupantes se aferra la oposición para criticar al gobierno regionalista de Unión del Pueblo Navarro (UPN). 

M. Sanz, actual presidente
A esas críticas se suma, incluso, el Partido Socialista de Navarra (PSN), pese a que esta formación ha sido socio del Ejecutivo de Miguel Sanz desde 2007 y ha permitido la aprobación de los Presupuestos -y de los Programas específicos de lucha contra la crisis- durante toda la legislatura. Sin duda, en el PSN son conscientes de que necesitan diferenciarse del gobierno al que han proporcionado estabilidad en los últimos cuatro años si no quieren verse atrapados en una pinza entre la izquierda y la derecha. Pinza que, además, puede ser hoy más real que nunca, dada la tremenda fragmentación que puede darse en el voto.

Y es que el 22-M -como explicaba hace unos días en Navarra2011 Miguel Izu-, habrá en las cabinas electorales, como mínimo, doce papeletas distintas. De momento, se han postulado ya Derecha Navarra y Española, PP, UPyD, UPN, CDN, PSN-PSOE, Nafarroa Bai, Izquierda-Ezkerra, Iniciativa por Navarra, Eusko Alkartasuna, Los Verdes y el Partido Cannábico. Y falta por saber si se presenta el Partido Carlista y qué ocurre con Sortu y el proceso abierto en los tribunales contra la formación abertzale. Un maremágnum de siglas que vamos a intentar explicar brevemente para que el lector no iniciado intente comprenderlo.

LA FRAGMENTACIÓN DEL VOTO

Y. Barcina, candidata de UPN
En la derecha y el centro derecha, UPN no tendrá que enfrentarse sólo al PP, después de que ambos partidos rompieran su acuerdo electoral en Navarra. El CDN, vieja escisión de UPN, ocupa un espectro parecido, aunque es probable que termine desapareciendo su representación en el Parlamento. Derecha Navarra y Española agrupa a un sector del PP que perdió en el congreso constituyente de esta formación, pero que, como el resto del PP, proviene también del UPN que se presentó en 2007. Y UPyD encuentra su nicho de votantes en el mismo caladero que estas formaciones.

Los nacionalistas vascos también se presentan con desunión. Nafarroa Bai fue una coalición que, en 2007, aglutinaba a Aralar, Eusko Alkartasuna, PNV, Batzarre (formación internacionalista con cierto toque culturalmente vasquista) y un nutrido grupo de independientes. Para el 22-M, ni Batzarre ni –al menos en un principio– EA estarán dentro de la coalición, y los independientes han perdido peso. Y los votos de la izquierda abertzale más radical irán a Sortu, si esta formación acaba siendo legal. Si no, ese electorado podría acabar yendo a EA, en virtud de los acuerdos entre esta formación y la ilegalizada Batasuna, o acabar en el voto nulo, como en anteriores convocatorias.

Y, por la izquierda, más de lo mismo. El PSN se enfrentará por su nicho de electores con diversas fuerzas. La más residual será Iniciativa por Navarra, fruto de la crisis abierta en el socialismo navarro tras el pacto de gobierno con NaBai frustrado en 2007. Izquierda-Ezkerra, coalición integrada por IU y por Batzarre, tras su salida de NaBai, aspira a convertirse en aglutinador de votos de izquierda desencantados con el PSOE. Y el voto protesta de la izquierda puede acabar cayendo en formaciones como Los Verdes o el Partido Cannábico, o directamente quedarse en casa y engrosar la abstención. El panorama, como se ve, resulta apasionante.

PREPARANDO LOS PACTOS

Lo que resulta claro es que ninguna formación va a obtener, por sí sola, mayoría absoluta. Y no queda claro tampoco qué opciones de pactos resultarán numéricamente suficientes. UPN más PSN, UPN más PP, PSN más Izquierda-Ezkerra, PSN más NaBai más Izquierda-Ezkerra... El abanico es múltiple. Y las preferencias de cada uno no están del todo claras.

R. Jiménez, candidato del PSN-PSOE
El único que claramente ha dicho algo en materia de alianzas postelectorales es Roberto Jiménez, candidato del PSN, que ha asegurado que en “su” gobierno no habrá “ni nacionalistas ni de derechas”. Esas declaraciones, que muestran a las claras la dificultad de combinar la dinámica izquierda-derecha con la cuestión identitaria, limita las posibilidades de pacto de los socialistas a Izquierda-Ezkerra. Pero el lenguaje empleado por Jiménez no excluye, de ninguna manera, que el PSN se pueda plantear apoyar a UPN en la investidura e incluso entrar en un gobierno regionalista. Eso, si Yolanda Barcina, candidata de UPN, prefiere seguir con la fórmula de la última legislatura y no se siente más cómoda con el apoyo del Partido Popular.

Sea como fuere, parece que la moneda de cambio del Gobierno foral puede ser... el Ayuntamiento de Pamplona. Y, si nos guiamos por esa percepción, daría la sensación de que el PSN aspira a gobernar la capital con los votos de UPN... y que a UPN no le importaría ese pacto. El candidato socialista es Juan Moscoso, actualmente diputado, mientras que UPN ha elegido a Enrique Maya, reconocido gestor en el consistorio pero con un perfil político muy bajo. No es cuestión de quemar candidatos más potentes si, realmente, no se aspira a la alcaldía.

Pero ese pacto no puede darse por cerrado en ningún caso. Habrá que esperar a la noche del 22 de mayo para comprobar si el PP, tras una fulgurante entrada en las encuestas y una no menos fulgurante caída, remonta el vuelo y consigue que sus parlamentarios le den mayoría absoluta a UPN. Y para comprobar si NaBai, que parece muy tocada por cuestiones internas y muy amenazada por lo que puedan hacer los votantes menos moderados de la izquierda abertzale, resiste un envite tremendamente duro. Y para comprobar si Izquierda-Ezkerra logra frenar la abstención o, por el contrario, simplemente resta votantes al PSN. Y para... En fin. La campaña podrá hacernos ver más claras muchas cosas, pero no cabe duda: hasta que no cierren los colegios electorales, nada estará decidido en Navarra. 

5 comentarios:

  1. He vivido en Navarra cuatro años y puedo corroborar que la situación política que se presenta el 22-M es bien compleja. Por un lado por la sempiterna cuestión identitaria. Por otro, por la división del voto conservador en una pléyade de partidos y grupúsculos que sólo perjudicará la representación final de su espectro de voto.
    Mi apuesta es una mayoría ajustada de UPN (en los 17-18 escaños), un ligero retroceso del PSOE (hasta los 10-11 escaños), un desplome de NaBai (hasta los 9-10 escaños) y una entrada espectacular del PP (en el entorno de los 10 escaños). EA o la marca que presenta esta vez ETA puede obtener uno o dos escaños, por los dos o tres de IU.

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  2. Interesante análisis, pero una cosa que no me parece cierta o al menos el MUY discutible: cuando hablando del bloque de centro-derecha dice "Y UPyD encuentra su nicho de votantes en el mismo caladero que estas formaciones."

    Creo que UPyD se alimenta de votos descontentos del PSON-PSOE, jóvenes y abstencionistas. En Navarra, con la amplia oferta de siglas, nadie de centro derecha se inclinaría por UPyD

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  3. La mayoría absoluta se consigue con 26 escaños, UPN no pasará de 18 pero el PSN-PSOE superará los 10, por lo que es más que posible una reedición de la alianza que desde hace un tiempo mantienen estos dos partidos. Alianza que, entre otras cosas, ha permitido a Zapatero continuar en La Moncloa.

    Por otra parte, Sortu será ilegalizada con casi toda probabilidad, pero de no serlo su presencia creo que sería testimonial, con 2 o 3 actas, similar a Izquierda Unida.

    Sí se me presenta una duda: ¿qué pasa con CDN? ¿Se presenta en coalición con UPN? Ahora tengo entendido que tienen grupo propio en el parlamento (2 diputados).

    Gracias y enhorabuena por el artículo.

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  4. Anónimo, CDN se presenta en solitario. Se trata de una escisión de la propia UPN, encabezada por Juan Cruz, que en las últimas legislaturas ha contado con un cierto respaldo y buena representación (4 escaños en 2003, 2 desde 2007) Esta vez todo apunta a que no obtendrá representación, y dado su segmento de voto, muy probablemente PP y UPN se repartan el botín.

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  5. Soy navarro, votaré a UPyD y os aseguro que no soy de derechas. El partido de Rosa Díez debe luchar por combatir ese mensaje tan extendido y que tanto ha calado de que son una opción centroderechista. No es verdad. Lo que ocurre es que tienen sentido de Estado, un mismo discurso en toda España. Y es el ÚNICO partido que lo tiene. Salud.

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