Uno de los aspectos más interesantes de las elecciones catalanas es la pugna que mantienen el Partido Popular de Cataluña (PPC) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) por ser la tercera fuerza política del Parlament. Actualmente, la formación independentista cuenta con 21 diputados, mientras que el partido que lidera Alicia Sánchez-Camacho tiene 14. Las encuestas auguran un bajón impresionante de ERC y un estancamiento o ligera subida del PPC.
El estudio del CIS publicado el pasado viernes cifraba en 5-6 el número de parlamentarios que perdería el partido de Joan Puigcercós y dejaba al PP catalán con los 14 actuales. En la última encuesta salida a la luz, la de El Periódico de Catalunya de este lunes, el bajón de Esquerra se situaba en 9-10 escaños y la subida de los populares en 0-1. De manera que encaran los comicios muy igualados en intención de voto y protagonizan la lucha más reñida de todas. Ambos partidos pueden tener la llave de la gobernabilidad y de la resolución final de la pugna quizás dependa quién será la formación decisiva.
Las causas de la bajada de Esquerra Republicana son principalmente tres: haber formado parte del tripartito durante siete años y acusar el desgaste de la acción de Gobierno; la retirada definitiva de quien ha sido su cabeza visible en los últimos tiempos, Josep Lluís Carod-Rovira; y la irrupción de nuevos partidos independentistas que luchan por su mismo electorado (la Reagrupament de Carretero -surgida de una escisión de la propia ERC- y la Solidaritat Catalana per la Indepèndencia, de Laporta). El desgaste del partido de Puigcercós es aún mayor que el que sufre el PSC y todo apunta a que será el partido más castigado en las elecciones del 28-N. El añadido de poder dejar de ser la tercera fuerza de Cataluña en favor del PPC (su rival político número 1) dibuja un panorama aún más desolador.
El presidente y candidato de ERC, Joan Puigcercós |
Para tratar de remontar mínimamente y evitar al menos quedar por detrás de los populares, en Esquerra han centrado su campaña precisamente en mostrar a los electores que están en guerra contra el partido de Sánchez-Camacho, que lo que en estos comicios se juegan es ver quién gana, si el PP o ellos, y tratan de ganar relevancia mediática con mensajes llamativos y declaraciones polémicas. Quieren movilizar a su electorado más radical y neutralizar al máximo el efecto de Laporta y Carretero, presentándose como el partido independentista por excelencia. Este maniqueísmo extremo les ha llevado a cometer algunos excesos poco convenientes, como las palabras de su líder asegurando que "en Andalucía no paga impuestos ni Dios". Es el riesgo de moverse en el límite, pero quizás no les quede alternativa. Se la juegan y han puesto toda la carne en el asador.
La presidenta y candidata del PPC, Alicia Sánchez-Camacho |
También se la juega el PPC, quien no es capaz de extender a Cataluña la subida generalizada en intención de voto que está experimentando en el resto de España. Mantiene un electorado fiel pero le cuesta muchísimo captar nuevos votantes. Así que también han apostado por pisar fuerte y hacer una campaña dura, contundente. Poco tienen que perder. A las críticas constantes a la gestión tripartita se ha unido la apuesta por un endurecimiento claro e inmediato de la política inmigratoria (baza que también están jugando en CiU, aunque en menor medida, dentro de su campaña de perfil bajo), cuestión que en Cataluña lleva años en el candelero y que amenaza con convertirse en un problema grave. Esta postura también ha llevado al PP catalán a pasarse de frenada, con la aparición del videojuego en el que su candidata luchaba, además de contra la independencia, los impuestos o el paro, contra inmigrantes ilegales. Han rectificado a tiempo y la empresa creadora del juego ha asumido la responsabilidad de la pifia, pero está por ver si les acarreará algún coste electoral.
A lo que aspiran en el PP es a ser claves, como ya lo son en el País Vasco. En el horizonte, el sueño de alcanzar los 17 diputados de 1995, el mejor resultado de su historia. A su favor tienen el ambiente de cambio que se respira y el contar con la única candidata, frente al abanico de varones que presentan el resto de partidos. Su apuesta por combatir más duramente la inmigración ilegal también goza de respaldo popular (como muestran las encuestas), pero es difícil que todo esto sea suficiente para lograr una subida importante.
Partido Popular y Esquerra Republicana están en el campo de batalla y protagonizan una lucha feroz por sacar más votos que el rival. Los electores, dentro de dos domingos, ejercerán de jueces. Veremos a quién le dan la victoria.
¿ Por qué el tripartiro pasa factura?
ResponderEliminar¿ Cómo puede pasarle factura al PP el videojuego antiinmigrantes?
Por cierto que las campañas electorales me recuerdan a un capítulo de " El ala oeste de la Casa Blanca" en el que tienen que lidiar con los supuestos problemas electorales que les van a acarrear unas declaraciones del Presidente diciendo que no le gustan las judías verdes, porque en Oregón hay muchísimos agricultores que se dedican a las judías verdes y en ese estado ganaron por muy poco... Al final deciden que la gente no es idiota, que lo que pasa es que les tratan como idiotas, y que los electores no van a votar ni dejar de votar más a los demócratas por unas declaraciones del presidente sobre sus preferencias gastronómicas... Pero claro, es una serie de ficción...
Es sabido por todos que gobernar lleva consigo un desgaste político que empieza a manifestarse sobre todo a partir de los cuatro primeros años. La acción de Gobierno lleva unido eso. Es una realidad. En el caso de Cataluña, que el tripartito pasa factura es una evidencia porque no es casualidad que los partidos que más bajan en intención de voto según todas las encuestas sean justo los tres que llevan siete años gobernando. Pasa factura porque son tres partidos con grandes diferencias entre ellos que les han acarreado no pocos problemas a lo largo de estas dos legislaturas. Todas estas cosas (y muchas más) me gustaría incluirlas en las entradas pero ya bastante largas me quedan. Por razones de espacio, es imposible.
ResponderEliminarEn cuanto al videojuego, puede pasarle factura que la gente lo entienda como una muestra de xenofobia (y lo una al comportamiento de su concejal de Badalona) y lo tenga en cuenta. Particularmente, no creo que le acarree coste electoral alguno, pero no podía obviar en el análisis un aspecto tan relevante. Como en Cataluña los ciudadanos se muestran mayoritariamente favorables a un endurecimiento de la política inmigratoria (amén de que ha sido un error y de que ha sido subsanado), estoy convencido de que el PP no perderá un solo voto por este asunto.
Gracias por tu aportación y espero haberte aclarado algo. Un saludo.
Tampoco he mencionado en la entrada la importancia del voto oculto que tiene el Partido Popular. Siempre hay que calcularle al alza los resultados de los sondeos ya que muchos de sus votantes no dicen que lo son. Es un aspecto a tener en cuenta.
ResponderEliminarLo de Esquerra es acojonante, no sé cómo puede haber gente todavía que les vote. Se van a estrellar y merecido que se lo tienen. Muy bueno el análisis, por cierto.
ResponderEliminar