domingo, 30 de enero de 2011

Zapatero coge aire y Rajoy salta a la arena

Pese a que hace tan solo unos días parecía imposible, al final el Gobierno ha llegado a un acuerdo con los sindicatos para la reforma de las pensiones. Se trata del primer pacto social de la legislatura (al que también se han sumado la patronal y la "disposición favorable" del PP), en uno de los temas en los que parecía más complicado: ampliar la edad legal de jubilación hasta los 67 años. El Ejecutivo ha cedido en puntos clave (más de la mitad de los trabajadores podrán jubilarse con la pensión máxima a los 65) pero ha logrado el objetivo. Es cierto que los sindicatos tenían poco margen de maniobra, que una segunda huelga general tenía todos los visos de fracasar aún más que la del pasado 29 de septiembre, pero no lo es menos que el acuerdo es un gran logro político, toda vez que la guerra abierta con las centrales sindicales desde hace un año parecía hacer imposible cualquier acuerdo social y más en un punto en que los sindicatos se mostraban tan inflexibles. El Gobierno lo ha logrado, se apunta un buen tanto (que falta le hacía) y respira un poco. Al menos con esta reforma no creará un conflicto social, no sufrirá un excesivo desgaste entre el electorado de izquierdas. Ahora queda que la reforma satisfaga a los mercados, que la UE y nuestros acreedores se la crean, que las cesiones de última hora no supongan un lastre ni dejen la impresión de que el Gobierno se ha quedado a medias. La visita de la canciller alemana Angela Merkel de este jueves será determinante para dilucidar este aspecto.

El presidente del Gobierno, entre los líderes de UGT y Comisiones Obreras

Y mientras tanto, en la otra orilla de la política española, el PP se ha quedado un poco en fuera de juego ante un pacto con el que casi nadie contaba. Han reaccionado sumándose al consenso (tampoco les quedaba otra, nadie entendería que se hubieran quedado fuera de la foto del acuerdo Gobierno-sindicatos-patronal), aunque bien es cierto que la reforma final incluirá gran parte de las reivindicaciones que los populares venían planteando. Como el encaminarla a que la gente deje de jubilarse masivamente a edades tempranas más que a retrasar la edad legal, por ejemplo.

Por otra parte, en Génova siguen lanzados por el revulsivo que para ellos supuso la convención de Sevilla del pasado fin de semana y más seguros que nunca de sí mismos. Se saben ganadores de las elecciones y ahora parece que han decidido que es el momento de ir a por la mayoría absoluta. Que lo tienen demasiado cerca y que el PSOE está ya tan amortizado que casi se ven en la obligación de ir a por todas. Así, han dado un paso más: el de intentar combatir el tan manido recurso de que su labor de oposición se limita a decir lo mal que van las cosas, pero nunca va más allá, nunca hay propuestas de ningún tipo por parte del PP. Saben que este mensaje ha calado en la sociedad, que la mucha gente lo cree real y consideran que supone un lastre para su definitivo despegue.

Por ello, han decidido asumir riesgos y empezar a contar cuáles son sus planes, qué haran cuando lleguen al poder para sacar a España de la crisis. En la anterior entrada ya dijimos que hubiera sido un magnífico colofón a la exitosa convención de Sevilla que Rajoy la clausurara con una batería de propuestas concretas, que centraran el debate político y lo colocaran definitivamente como una alternativa real y de garantías. No lo hizo y lo entendimos: para qué jugársela ahora que están a 15 puntos del PSOE en las encuestas, no le hace demasiada falta.

Mariano Rajoy en un momento de su entrevista con Gloria Lomana en Antena 3

No sabemos qué les habrá hecho cambiar de estrategia pero lo cierto es que lo han hecho: el PP, por primera vez en la era Rajoy, está tomando realmente la iniciativa y ya empieza a contar a los ciudadanos cuál es su programa, qué va a hacer cuando gobierne. Se ha olvidado por completo de Zapatero y su gobierno y ha asumido un discurso responsable, de crítica constructiva y evitando el catastrofismo. En la entrevista concedida el pasado domingo a Antena 3, el líder del PP ya concretó mucho más de lo que en él es habitual pero su destape definitivo ha llegado este domingo, en una extensa entrevista que Casimiro García-Abadillo le hace en El Mundo. El eje del diálogo lo forman las medidas que el Gobierno del PP tomará cuando releve al socialista en el poder (podéis ver y votar las diez propuestas estrella aquí). De hecho ese es el motivo de las tres entrevistas que el mencionado diario y VEO 7 le realizan estos días: examinar sus propuestas. Mañana lunes se publicará la segunda parte de la entrevista en el periódico, dedicada a las medidas políticas que los populares adoptarán si llegan a La Moncloa, y el martes en "La vuelta al mundo" Pedro J. Ramírez le someterá al "examen oral" definitivo.

Parece obvio el cambio de estrategia, el salto cualitativo que el PP pretende dar. Asume el riesgo de que sus propuestas centren el debate y se expone a la crítica. Pero es que a Rajoy ya no le vale con ganar. Quiere lograr 176 diputados para poder desarrollar su programa plenamente y sin depender de nadie. Veremos qué resultado le da.

4 comentarios:

  1. Está bien que Rajoy concrete un poco más su programa pero yo creo que a grandes rasgos ya lo conocíamos. La propaganda que diversos medios de todas las ideologías llevan años haciendo para vendérnoslo como un candidato sin ideas ha hecho mella, pero no se correspondía con la realidad: Rajoy siempre ha dado alternativas, ha dejado claros sus principios y quienes seguimos diariamente la política española lo sabemos pese a la intoxicación de los medios. Será un gran presidente del Gobierno.

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  2. Cuando nos daremos cuenta de que PSOE y PP, PP y PSOE son lo mismo. Nos toman el pelo como quieren y hemos de contestarles en las urnas dándoles una lección y votando otras candidaturas. En España hay más de dos partidos

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  3. Concretar el programa era una necesidad, sobre todo porque el PSOE está literalmente comiendo todo aquello que el PP recomendaba, y aunque esto no creo que le traiga al PSOE muchos réditos electorales, está claro que dejaba al PP en una incómoda situación de mera crítica al gobierno.

    Por otro lado, ya está bien de echar la culpa a los medios de comunicación distorsionadores sobre las pocas cualidades de nuestros dirigentes. Nuestros políticos son mediocres, sin demasiado carisma ninguno de ellos (no es una excepción: esa es la norma en muchos países europeos), y seguimos cometiendo un grave error: creer que la acción (o inacción) del estado nos va a sacar de las crisis económicas. Desgraciadamente, estamos en una posicion en la que la recuperación depende también de otros muchos factores.

    saludos!

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  4. Solamente un apunte: coincido plenamente con la opinión de Angelillo sobre la mediocridad de nuestros políticos. En verdad están a años luz de los británicos o los estadounidenses. Pero, claro, aquí apenas llevamos 32 años de democracia...

    Saludos a todos y gracias por vuestras opiniones.

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